Solo, solo Sanborns
Es una de las marcas más reconocidas en México, pero en comparación con otras cadenas, no están creciendo. ¿Se puede revivir un concepto que tiene más de 100 años?
En junio de 1946, la revista Time anunció la transacción:
“Mexico City's 400-year-old Casa de Azulejos (House of Blue Tiles) has been a private palace, the Jockey Club, the Russian Embassy, the Japanese Embassy, a dormitory for homeless newsboys, and, since 1919, the home of Sanborns, the most famous American business in Mexico. Last week, the store in the old palace became the 416th link in the Walgreen drug chain. In its first venture outside the U.S., Walgreen's paid $2,500,000 to Ohio-born Frank Sanborn, 76, for the drugstore he founded 43 years ago with $10,000”.
Walter Sanborn había llegado a México en 1897, con apenas 22 años, tras haberse graduado de químico farmacéutico. Unos años más trade, en 1903, al parecer, se asoció con su hermano Frank para comenzar a vender medicamentos en un pequeño local de Ciudad de México. Esto lo complementaron rápidamente con una fuente de sodas — un concepto innovador en aquellos años.
De acuerdo con el mismo artículo de Time, el negocio de los hermanos Sanborn había generado algo de ruido en el establecimiento médico del país, porque Frank se negaba a pagar comisiones a los doctores que escribían las recetas. Aun así, los clientes acudían a que se las surtieran en su negocio, que ahora también pasteurizaba su propia leche y vendían un banana split que, según la leyenda, era el preferido de Porfirio Díaz.
Abrieron tres sucursales en Ciudad de México y una más en Tampico, pero terminaron cerrándolas todas para concentrarse en una sola: la famosa Casa de los Azulejos, en la concurrida Av. Francisco I. Madero, en pleno centro de la capital. Para ese momento, estaba claro que ya no se trataba ni de una farmacia ni de una fuente de sodas. Estos dos conceptos seguían presentes, pero ahora el negocio era más bien una especie de mini centro comercial, con productos de muchísimas categorías distintas. Aparecieron los chocolates, el agua de colonia, las vajillas.
Durante la Revolución, a los líderes del ejército de Emiliano Zapata les gustó Sanborns. El restaurante se convirtió en punto de reunión. Walter decidió regresarse a EUA, así que el negocio quedó en manos de Frank por las siguientes décadas, hasta terminar vendiéndoselo a Walgreens.
Los 60 y 70 fueron años de diversificación para Walgreens. Aunque el negocio de farmacias seguía siendo el principal, la empresa estadounidense tenía también restaurantes, tiendas departamentales y de descuento, e incluso una agencia de viajes.
Su negocio en México estaba también creciendo. Abrían nuevas sucursales, y a la vez las complementaban con más y más productos distintos.
Y crecían las ventas. Entre 1967 y 1976 triplicaron los ingresos; ese año vendieron $900 millones de pesos.
A Walgreens le interesaba también el negocio de los restaurantes, así que en 1975 compraron las 18 sucursales que Dennys tenía en México, que organizarían dentro de la misma división internacional.
Para mediados de los 80, Walgreens había evolucionado. Las ventas iban muy bien — era ya una empresa de $3 mil millones de dólares — pero ahora había un claro enfoque hacia la farmacia.
Fue así que Sanborns (y Dennys) llegaron a manos de Carlos Slim. El empresario mexicano estaba invirtiendo en un portafolio de negocios altamente diversificado, incluyendo minería, cigarros, recubrimientos, cable, etc.
En aquel momento, Sanborns tenía 32 sucursales en toda la república, incluyendo los Dennys (que se convertirían en Sanborns Café).
Para 1999, Grupo Sanborns se había convertido en el negocio que más ingresos y utilidades generaba en Grupo Carso. Ya no eran solamente las tiendas de Sanborns; el nombre se usaba ahora para agrupar diversos comercios, incluyendo Sears, las pastelerías El Globo, tiendas de música, centros comerciales, hoteles —y Sanborns, por supuesto. Del informe anual de ese año:
“Dentro del concepto de Sanborns se manejan las Tiendas Sanborns y Sanborns Café. Las primeras consisten en espacios comerciales divididos en una tienda (60% del espacio) y un restaurante (40%) que sirve comida mexicana en un ambiente familiar. La tienda incluye farmacia, óptica, departamento de electrónicos, revistas, tabaquería, dulcería, panadería y otros productos como perfumes y joyas. Sanborns Café es un restaurante con un menú similar al de Sanborns pero con una decoración contemporánea a efecto de atraer clientela más joven”.
Los siguientes años fueron de mucha acción para el grupo. Cada año destinaban alrededor de $50 millones de dólares para abrir nuevas sucursales, y bajo el liderazgo de Carlos Slim Domit, compraron las tiendas de JC Penney en México, cadenas de cafeterías y tiendas de música, y en EUA, CompUSA. Firmaron también un acuerdo con Saks Fifth Avenue para traer la marca al país.
Grupo Sanborns es hoy, en términos de ventas, una de las empresas de retail más grandes en México — en 2021 generaron ingresos por $52 mil 842 millones de pesos. Tienen 97 tiendas Sears, 141 tiendas MixUp y iShop, unas 170 sucursales de Sanborns, la tienda de Saks en México y 25 tiendas DAX.
Sears es el principal negocio. Representa el 46% de las ventas y el 54% del EBITDA. Le siguen MixUp y iShop (27% de las ventas y 20% del EBITDA), y luego Sanborns (26% y 17%); DAX y Saks consolidan dentro de Sanborns.
Pero ¿qué es lo que realmente vende cada una de estas marcas?
En Sears hay, como es de esperarse, lavadoras y secadoras, comedores y sillones, colchones, aparatos para hacer ejercicio y artículos de jardinería, ropa y zapatos. En iShop están todos los productos de Apple. En DAX hay principalmente productos de belleza (cremas, maquillaje), aunque no faltan abrelatas y extensiones eléctricas. En MixUp sigue habiendo un enorme surtido de CDs, películas en DVD y BlueRay, y discos LPs. Hay también t-shirts de series de Netflix y de clásicos como Back to the Future, audífonos, un enorme surtido de funkos y artículos relacionados con K-Pop.
Y luego está Sanborns. Tienen la operación de sus restaurantes y cafeterías (que podrían aportar alrededor del 25% de las ventas). En lo demás, hay desde cámaras Nikon de $150 mil pesos, hasta plantillas para zapatos de $29 pesos. Hay jeans Levi’s, TVs de 85’ pulgadas, navajas, pipas y puros, lociones. Hay también guayaberas, ropa interior para mujeres, cochecitos de colección, relojes y corbatas, todo tipo de adornos para la casa, jabones y cremas, maletas, gadgets. Hay, por supuesto, panadería. Hay farmacia. Hay lenguas de gato de chocolate.
Al visitar algunas sucursales, lo que más se ve son personas comprando libros y revistas. Mucha gente en el restaurante (principalmente personas mayores).
Aunque tienen un surtido increíblemente variado, los resultados de Grupo Sanborns están estancados.
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